12-12-12 Capítulo 1

Hola mi nombre es Ryo soy un estudiante de BAC o por lo menos eso solía ser antes de ser elegido como gladiador. Mis padres murieron cuando yo era muy pequeño por causas desconocida y desde entonces he vivido con mi abuelo en kyoto, asta hace bien poco solía ser un estudiante normal pero un día sucedió algo que me cambió la vida.

Ryo se disponía a volver a casa desde las clases, iba corriendo mientras miraba su móvil algo alterado.

-¡Joder! no voy a llegar a tiempo y eso que le prometí al abuelo que me daría tiempo a ir a mi solo después de volver de clase, hoy no puedo tardar en llegar, no, hoy no. Ese día era el aniversario de la muerte de sus padres, Ryo y su abuelo solían rendir honor a sus padres en el cementerio aunque no lo parezca para otros para él era algo muy importante que hacían todos los años en el día de la muerte de sus padres. Ryo llego sulfurado a su casa y volvió a mirar su móvil respirando tranquilo al ver que había conseguido recortar algo de tiempo gracias a la carrera de antes.

-Fiuuu menos mal... bueno ahora me tengo que cambiar, poner me el hakama y los zori las ofrendas ya las coge el abuelo eso me dijo él ...

Listo ya me puedo ir en marcha al cementerio. Ryo era la viva imagen de su padre enérgico valeroso y con unos rasgos parecidos a los suyos tanto su pelo azabache en flequillo como sus ojos azul profundo a cada rato Ryo miraba su móvil para comprobar la hora pero... algo no iba bien.

-¡Eeeeh!  ¿qué esta pasando? Sigue siendo la misma hora que cuando llegué a casa no me jodas justo hoy tenía que romperse mi móvil. Pero para sorpresa de Ryo ... -Pero... si funciona perfectamente,

no definitivamente no es mi móvil el que está mal, es el mundo en si, nada se está moviendo oh no ¡Abuelo! Tengo que llegar al cementerio. Ryo echó a correr preocupado pues en ese mismo momento una macabra idea pasó por su mente, al llegar al cementerio no encontró rastro alguno de vida y menos aun de su abuelo caminó asta la tumba de sus padres y allí se detuvo enfrente de la lápida, bajo los cerezos.

-Abuelo... dónde estás -Huhuhuhu.Cortando el silencio una siniestra y cruel risa salió de la nada .-¿Quién eres? ¡Da la cara! -Humano insolente como osas dirigirte a mi de esa forma, yo soy Zeus el rey del Olimpo y vengo a anunciarte que has sido elegido como mi representante en este torneo de los dioses -¿De que estás hablando? - vaya vaya parece que eres el hijo de él -¿De quien... espera, conoces a mi padre? – Si, no cabe duda eres el hijo de Dante.
Ryo estaba desconcertado por lo que estaba escuchando, pensando en lo que estaba pasando y antes de que pudiese darse cuenta la voz misteriosa lo teletransportó a otro lugar desconocido para él.

-¿Dónde estoy? -Estás en la arena y aquí morirás si no te esfuerzas por sobrevivir

-Espera ¿Qué?..Ryo no tuvo mucho tiempo para quejarse pues de la nada salieron unos monstruos que parecían ser los cuerpos de los luchadores caídos en los juegos, Ryo al verse amenazado enseguida buscó algo con lo que defenderse de los ataques enemigos y sin saber como, encontró dos espadas persas envainadas en un cinturón en su cintura y sin pensarlo dos veces cortó los cadáveres en canal con un golpe de sus espadas.-Pero que magnífico espéctaculo serás la estrella de la arena puede que incluso mejor que tu padre.-¡Deja de burlarte y de ensuciar el nombre de mi padre! - Mira tu incluso te queda bien el uniforme de mercenario de Dante, con esto me queda claro, ¡Tú eres el elegido para representarme en los juegos! y te llamarás Dante igual que tu padre. Ryo apretaba los dientes y los puños para callar su ira.-Grábate a fuego esto chico, si quieres saber que les pasó a tus padres, tendrás que trabajar para mi y si quieres reunirte conmigo ten. entonces apareció de la nada un anillo de oro con unas misteriosas inscripciones.-llámame y el anillo hará de intermedio entre los dos. Tras acabar esta conversación la voz de Zeus se desvaneció y cuando Ryo se quiso dar cuenta llevaba puesta su ropa y se encontraba enfrente de su abuelo que lo miraba desconcertado.-Ryo-kun estás bien se te ve pálido.-Si abuelo no te preocupes. Ryo prefirió no decir nada pero lo que estaba muy claro es que lo que le ocurrió a él no fue un sueño y la prueba de ello es que en su mano llevaba puesto el anillo.